Ellos, los que quieren sistematizarnos buscando homogeneidad y sumisión, ellos lo han logrado conmigo, y con todo el mundo, siempre lo consiguen. Por más que quiera escapar de este circulo vicioso me es imposible hacerlo; Me veo dependiendo de ellos, pero no quiero. Si yo lo no les importo! a ellos nada les importa mas que saciar su propia sed de sangre y violencia ¿Porqué tendrían que importarme ellos a mí? ¿Porqué tendría yo que ayudarlos? Sí, soy parte de sus colaboradores desde el momento de mi concepción, y todos somos parte de esto! Todos dependemos de la mano que te da el pan que comes, aunque sabes perfectamente que te alimenta con cianuro.

Camino a tientas, a ojos cerrados, agudizando mis sentidos. Infinitas texturas puedo grabar en la llema de mis dedos o intentar aprisionarlas con la palma de mis manos.
Camino descalza pisando hojas secas que crujen bajo mis pies y voy dejando tras mis pasos un surco en la hierba cubierta por el rocío matutino de un 15 de abril en pleno otoño.
Me paro a escuchar atentamente y logro oír el viento abrindose paso entre los árboles, las hojas secas arrastrándose por la alameda asfaltada, mi respiración lenta y pausada, los latidos de mi corazón y a lo lejos una pareja de ruiseñores cantándole a la vida.
Puedo oler la tierra mojada, algunas hierbas, la madera, la mañana y una neblina quizás. Estos aromas dejan un sabor medio dulzón en mi paladar y un poco áspero en mi garganta.
Me acuesto en la hierba aún con los ojos cerrados, abrazo mis rodillas en posición fetal y dejo caer mimejilla en el pasto húmedo cubriendo mi piel con pequeñas gotas de agua en las que se freflejan los escazos y tenues rayos de luz de un sol que apenas asoma detrás de una nube.

Mis ojos no son una necesidad, son una costumbre.

Cosas.

Amo mirar hacia arriba e imaginar siluetas en las nubes, amo la libertad en que se desenvuelven mis pensamientos dentro de mi mente, la agilidad de ellos... Me encanta el mundo que he creado dentro de mí, un mundo perfecto y solo mío.

Detalles.

Sobre la vacuidad de un expectro se posa la intelectualidad del ser mas pequeño existente reponiendose del extenso recorrido de sus sueños.
Besos volubles dejan su huella en un mar de recuerdos donde la última gota de agua dulce ve acercarse su fin. Un último aliento de miel exhalan sus labios y sin dejar mas que el eco de un gemido... desaparece.